NUESTRA GUÍA

PARA INICIAR Y MANTENER UN MATRIMONIO FELIZ.

EL AMOR VERDADERO…

Es difícil de alcanzar. . .

como una bella ave en vuelo

Es difícil de tocar . . .

como un maravilloso arcoíris en el cielo

Es difícil de ver . . .

como las vibraciones

de una encantadora melodía

Y, SIN EMBARGO, ¡AHÍ ESTÁ, LATENTE!

Los poetas lo han descrito con maestría,

Los compositores nos lo han hecho sentir

con mágica melodía, . . . y, aun así,

Cuán frecuentemente… ¡ahí no está!

AL AMOR VERDADERO Y PERDURABLE

NO SE LLEGA POR ARTE DE MAGIA

No es un cándido suspiro o un sutil guiño de ojo,

No es un quedo susurro o bailar de cachetito

No es una frase al viento como:

“No puedo vivir sin ti”

No es tomarse cariñosamente de las manos,

ni una furtiva caricia

ni un beso apasionado, ni un abrazo ardiente,

ni como muchos creen, sexo al instante.

¡Es todo lo anterior y mucho más que eso!

El amor que convierte el matrimonio

en una maravillosa aventura, es el

fruto de las estimulantes y gozosas,

actitudes diarias que lo hacen perdurar.

ESTAS SON ALGUNAS

DE LAS ACTITUDES,

QUE LE HAN DADO

A NUESTRO MATRIMONIO

TANTO AMOR Y FELICIDAD

DURANTE 69 AÑOS:

Las pequeñas y constantes atenciones

que lo vuelven radiante.

La dulce mezcla de ternura,

tolerancia y comprensión.

El saber que la mutua violencia en la voz,

lleva siempre a la agonía de la razón.

El comprender que

el autoritarismo y la prepotencia

destruyen la armonía familiar.

La actitud cariñosa, responsable y sincera

que embellece cada momento.

El comprender que los celos infundados

son el cáncer de la relación.

El concientizar que la infidelidad

destruye la posibilidad de crear

la mutua y total confianza que hace

a un matrimonio sublime.

El tener la madurez mental

que acepta fallas o equivocaciones,

ofreciendo corregirlas y… ¡CORREGIRLAS!

El arrojar de sí la vanidad, el falso orgullo,

el egoísmo, la terquedad y el beber de

el dulce manantial de la prudencia

y la comunicación armoniosa.

Es una sonrisa amorosa en cada amanecer.

Es la fusión maravillosa

de actitudes triunfadoras, como…

El dar sin medida, sin recelo, sin condición,

El perdonar antes de haber errado,

El ayudar antes de que se nos pida,

El razonar, comprender y verificar,

antes de acusar . . .

¡Sigue siendo aún más que todo lo anterior

y puede ser muy suyo!

Y todo esto se puede concentrar

en un sencillo precepto:

¡NO LE HAGAS A OTRO,

LO QUE NO QUIERES QUE TE HAGAN A TI!

Y completarlo con su corolario,

que es mucho más motivante:

¡HAZLE AL OTRO, LO QUE QUISIERAS

QUE EL OTRO TE HICIERA A TI!

EN SU RELACIÓN MATRIMONIAL…

Dense tiempo para acomodarse como pareja;

es difícil el cambio de la soltería al matrimonio.

No tiendan a criticarse, burlarse,

insultarse, ni empequeñecerse.

Esa es la mejor forma de destruir una relación.

Busquen siempre lo bueno que tienen uno y otro

y aprécienlo constantemente de palabra,

por escrito, con sonrisas, con hechos

y con amor.

Ese es el mejor regalo

que se pueden dar mutuamente cada día,

Esa es la mejor forma

de buscar lo mejor en ustedes mismos,

Es también la mejor forma

de encontrar lo mejor en el otro,

Es la actitud que más aviva

la llama de amor en la pareja.

Afectuosamente

Linita y Johnny Bardavid.

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